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domingo, 16 de enero de 2011

La reforma de educación: la Historia "vale callampa"

Tomándome de las palabras del ex-Ministro Ravinet al referirse al puente mecano instalado durante el terremoto en el Bío-Bío y que éste valía callampa, me propongo reflexionar aquí sobre la nueva Reforma Educacional y en especial sobre lo que va a pasarle al ramo de Historia en los colegios y liceos.


¿Por qué la Historia? Bueno, porque me atañe directamente ya que desde el año pasado, y cumpliendo uno de mis sueños N° 1, estoy cursando un Magíster en Historia, y mi tesis se refiere a la Historia Antigua, Roma para ser más específicos.


La Reforma Educacional que se pretende imponer, busca darle prioridad a los ramos "más útiles" para la formación de profesionales en Chile. Con este fin, el Ministro Lavín, quiere aumentar las horas de Matemáticas y Lenguaje, obviamente con la contraparte de quitarle horas a ramos que, como consecuencia, "valen callampa".


Todo este plan presume y asume que los profesionales no necesitan la Historia para realizar servicios al país ni para ser los mejores, por lo tanto, no es necesaria para lograr que Chile sea un país desarrollado.


Puedo conceder lo siguiente: en mis pocos años de experiencia laboral, efectivamente, no he puesto en ningún informe nada sobre Pericles o Julio César o mi querido Augusto (no Pinochet, entiéndase desde ahora ya, para los que les dio pavor).


Pero sí he necesitado investigar sobre la historia de la ley: ¿qué pasó en la Cámara y en el Senado cuándo se aprobó tal o cual ley?¿qué se dijo o acordó sobre un punto que no queda tan claro en la ley misma? En muchos e innumerables informes he tenido que recurrir a la historia de la ley como se le llama a todo el proceso de creación de la ley, para hacer mi punto o fundamentar el de otros cuando algo no está claro en la ley (lo que pasa siempre, porque la ley suele ser oscura y a veces media rara).


El Código Civil, en efecto, nos dice que la historia de la ley permite interpretar la misma y se trata de una de las máximas en la interpretación jurídica. 


"Claro", me dirán algunos, "pero interpretar una norma basada en su historia no significa que para eso tuviste que sacarte puros sietes en Historia Universal". Cierto. Nada que ver con el contenido. Ni Pericles ni Augusto ni el Emperador Carlos V (II en Alemania) me ayudan a saber cómo interpretar la ley según su historia.


Pero, pequeños saltamontes, eso es sólo parte de lo que se aprende en Historia. Resulta que ahora que estoy un poco más sabionda al respecto, la Historia nos ayuda y nos otorga herramientas de INVESTIGACIÓN. Gracias a la Historia y a los HISTORIADORES que estudiaron  y han escrito sobre Alcibíades, Nerón o Mussolini, sé cómo ellos trabajan sobre lo que se llaman fuentes históricas, cómo lo hacen en "su taller". Y ese CÓMO LO HACEN es tan vigente y tan útil para todos los profesionales, porque tarde o temprano tenemos que reconstruir o rescatar conocimientos del pasado para entender o aplicarlo al presente.


JAJA! Río en sus caras, anti-historiadores. Todos nosotros hemos tenido y tendremos que, en algún momento de nuestras vidas profesionales y personales, volver al pasado, seguir el caminito del pasado y llegar al presente para entender por qué ganó Piñera o por qué el puente "vale callampa" o por qué los mineros de San José están vivos, o tan simple como por qué yo soy así o por qué elegí ser médico y no ingeniero.


La Historia se vive, es dinámica, es esencial para el diario quehacer. Sí es cierto, a algunos les da lo mismo saber por qué Hitler ganó en el año 1933 y por qué empezó la II Guerra Mundial. Pero no les da lo mismo cuando tenemos que averiguar por qué mi papá me dejó esta casa y por qué estoy trabajando para el Ministerio de Justicia o para una multinacional, ni cómo esa multinacional o ese Ministerio están allí. Claramente no se autogeneraron de la nada. 


La Historia está en todo. Y eso me da pena, por los niños y jóvenes que, ante la eventual aprobación de la Reforma de Lavín, no van a tener la capacidad de recorrer su camino, el camino de sus padres, de su comunidad, de su país, de su continente y de su civilización. Pues, en palabras simples, eso es Historia. Nada más ni nada menos. 


Además, la Historia demuestra ser COOL. "¡Para!", me van a decir "¿adónde la viste que saber Historia es ser cool?"...Ah!, aquí les voy a dejar entrar a un pequeño secretillo del mundo laboral. Como ustedes saben, jóvenes profesionales de clase media y alta, cuando no se trabaja frente al computador, los colegas y jefes, a veces, suelen hacer lo que se llama, "socializar" dentro del ámbito del trabajo. 


Ustedes saben bien que existen incontables personas que se creen inteligentes. Tal vez lo sean, pero según las estadísticas es poco probable. Esas personas se vanaglorian de saberlo todo o mucho, y de cuando en cuando suelen tirar al aire conceptos y lugares comunes sobre cualquier tema que se les viene a la cabeza. A ellos los llamo "seudo-intelectualoides", quienes fueron desenmascarados por el gran Woody Allen, en su película "Annie Hall" cuando -si se acuerdan- un "seudo-intelectualoide" (S.I.) tiraba a trocha y mocha sus lugares comunes en la fila para el cine. Entonces, Woody Allen saca al profesor "Wanchunplín" detrás de un cartel y sobre el cual el S.I. se vanagloriaba de conocer, poniendo en evidencia su ignorancia, con el famoso comentario de Allen "Ojalá la vida fuera así de simple" o algo similar.


Pues bien, el mundo laboral está LLENO de S.I. en mala. Y cuando se "socializa" con los jefes y colegas, y se acaba el tema del fútbol, de las comedias y política actual, los S.I., se mueren por lucir delante del o los jefes, tirando sus conocimientos sobre literatura, arte y, obviamente, HISTORIA.


Datos prácticos que me ha enseñado la experiencia y que le doy gracias a la Historia: Cuando empieza el S.I. a atacar con su lugares comunes, como por ejemplo, "¡Oye!, ayer vi en Discovery y decían que Hitler no tenía idea del Holocausto...¡Ná qué ver!"... Ahí empiezan los comentarios de todos y uno piolita, de entre medio, cuando hay lugar para el comentario de uno - porque el S.I. nunca deja que hablen los demás - uno le tira algo así: "Estaba leyendo al profesor Ian Kershaw, especialista en la Historia Contemporánea Alemana y no es tan así que Hitler supiera o no. Según Kershaw, a pesar de todas las fuentes e información sobre la Alemania Nacionalsocialista y la reciente publicación de los archivos de los ingleses, no se trata de algo tan simple. Las fuentes, al parecer, esconden siempre al mando más alto y es muy raro ver, por ejemplo, órdenes firmadas por Hitler. Al contrario, el aparato burocrático Nazi, se preocupó de sobremanera de que esto no se supiera y el profesor Kershaw dice algo súper interesante: las fuentes esconden a Hitler"...¡PUM! ¡Toma!. 
Ante tal comentario, el o los S.I. se retraen, porque su fuente, la tele, no le gana al profe Kershaw, que es verdadero y estudioso al respecto (búsquenlo si no me creen).


Otro ejemplo: "El fin de semana estuve leyendo en el diario sobre Van Gogh, ¡pobrecito! murió sin vender un cuadro, y ahora valen ene!!!" dijo el S.I. Segundo dato: "La verdad, si tú lees la biografía de Van Gogh, él sí vendió un cuadro por cuatrocientos francos, se llamaba 'La Viña Roja'. Fue el único que vendió durante su vida". ¡Toma! de nuevo. ¡Gracias Historia del Arte!


Y así podría darles otros datos. Pero si se dan cuenta son muchos los ejemplos en que en la vida diaria, la Historia es COOL. Los S.I. se enojan, pero los demás, si se dice en forma no arrogante, sino en forma así como si fuera parte - y debería serlo - del bagaje cultural de uno, se impresionan y a su vez, se agradan de que el S.I. sea puesto al descubierto, como en el caso de Allen.


Como conclusión: la Historia es bacana. Probablemente los señores del Ministerio de Educación la consideran "callampa". El problema es que los jóvenes nunca van a poder delatar al S.I. Y si creen que Lenguaje y Matemática los va a hacer un profesional completo, están equivocados, profundamente equivocados. Atrás quedaron los días del "hombre del renacimiento", en donde las personas como Leonardo Da Vinci, son gente inservible para las necesidades de la sociedad chilena. Basta entonces con Lenguaje y Matemáticas. Gran idea, gran idea.-

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